La ventilación de las viviendas es un aspecto fundamental, casi siempre denostado, que incide directamente en los siguientes aspectos:

 

  1. Humedad relativa. Casi todos los problemas de humedad de una vivienda están provocados por la condensación del aire. El aire sin renovar genera de forma directa humedades en toda la vivienda.
  2. Consumo en calefacción. El estancamiento del aire genera humedad y ésta, frío. La reacción natural es incrementar la impulsión de energía para disminuir el frío, es decir, usamos más calefacción. Lo que estamos haciendo es tapar el problema, incrementando el consumo de fuentes de energía y nuestro gasto de una forma irracional y desmedida.
  3. Bienestar general. El cuerpo humano es una máquina muy precisa a la que no le gustan los cambios externos; requiere una temperatura constante y oxígeno para estar a pleno rendimiento. El aire estancado y la humedad generan una sensación de insalubridad ante la cuál nuestro cuerpo reacciona negativamente con una pérdida de facultades físicas y psíquicas, siendo más propensos a contraer enfermedades y bajando nuestro rendimiento físico y mental.

 

    Estudiamos el sistema de ventilación de la vivienda, proponiendo un sistema adecuado para la misma y optimizando el coste del mismo, de modo que se elimine el problema de humedad por condensación y se reduzca el gasto en calefacción.

 

        La sensación de aumento del bienestar general en la vivienda es inmediato.